La Impotencia Masculina: tus problemas de erección tienen solución



Una imagen muy repetida.
La impotencia masculina o disfunción eréctil es una problemática que alcanza a casi todos los hombres en algún momento de su vida. Esto quiere decir que la impotencia masculina se puede dar una, dos, tres o varias veces a lo largo del tiempo. Generalmente se da en un periodo que no supera los cuatro meses. No es un proceso maligno ya que no pone en riesgo la vida de los individuos, sin embargo, si produce frustración y puede complicar las relaciones de la pareja.

Lo primero que debe hacer un hombre que padece impotencia es no desesperarse. Es sabido que la disfunción sexual es frustrante y perturbadora, pero la desesperación solo puede empeorar la situación. Entonces, es sumamente importante no perder la calma y comenzar a informarse para ir detectando aquellas actividades o vicios que deben controlarse. Es fundamental acudir a un especialista. Para muchos hombres esto se torna difícil pero se debe intentar dejar de lado los prejuicios. No hay considerar a la impotencia masculina como algo vergonzoso ya que es algo común en muchos hombres. El médico, entonces, comenzara con una serie de pruebas, de preguntas y analizara su historial clínico para posteriormente comenzar con un examen físico en el caso de ser necesario.

Los expertos reconocen dos causas fundamentales en los problemas de erección. La primera es psicológica y abarca todos los componentes psíquicos que pueden afectar al hombre, es decir, todo lo relacionado con las sensaciones, los nervios, las ansias, los pensamientos. La segunda causa es puramente física, tienen que ver con lo orgánico, con lo genético. Ambas son tratables, ambas pueden combatirse progresivamente. No se puede pretender combatir la impotencia masculina de un día para el otro.

Diversos estudios realizados en Norteamérica demuestran que un factor decisivo en la impotencia es la edad. Los porcentajes hablan por si mismos, entre las personas de 18 y 40 años de edad, existe un 10% con impotencia masculina, mientras que las personas mayores de 70 años son afectadas en un 60%. Es decir, a medida que el individuo crece, las probabilidades de presentarse disfunción eréctil aumentan. Estos porcentajes nos indican que el número de personas afectadas a nivel mundial es sumamente elevado.
La medicina teórica ha ido variando sus concepciones acerca del surgimiento de la impotencia sexual masculina. En un principio, el problema estaba centrado en causas puramente psicológicas. Luego, con el tiempo, se empezó a creer que lo psíquico no bastaba para explicar la impotencia y se comenzó a pensar en la importancia de dificultades físicas. Es decir, se recurrió a un sinnúmero de patologías para relacionarlas con la impotencia, entre ellas se encuentran la diabetes, los efectos colaterales de medicaciones, desbalances en las hormonas sexuales, etc.

Evidentemente, este giro en la identificación de las causas, trajo aparejado un giro en la realización de tratamientos para combatir la impotencia masculina. Se relegó la psicología y sus intervenciones y se introdujeron tratamientos relacionados con medicaciones, prótesis, inyecciones en el pene, etc. Todos recursos destinados a lidiar con la parte física de la persona.

A pesar de esto, muchos especialistas siguen sosteniendo y defendiendo la cuestión psicológica, colocándola por sobre la disfunción física. Por ejemplo, una situación traumática en la vida de una persona puede desencadenar impotencia. Esto esta comprobado científicamente. Los trastornos mentales afectan la actividad sexual, como también lo hacen la depresión, la ansiedad, el estrés. Este último tuvo su momento de auge, en donde cualquier patología se le era atribuida. Para concluir, debemos decir que el porcentaje de impotencia masculina entre las causas físicas y las psicológicas se divide de la siguiente manera: causas Psicológicas 20% y causas Físicas 80%.

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